Pecados capitales del interiorismo: Soberbia
- Juan Ángel Rodríguez
- 7 mar 2016
- 1 Min. de lectura
Bienvenidos a la tercera entrada de este estudio, recordemos que trabajaremos con una misma maqueta que irá cambiando de decoración e iluminación según el pecado que abordemos. En la última entrada tratamos lo hortera como contaminante y en esta trataremos la soberbia como sentimiento de superioridad sobre los demás que provoca un trato frío y distante hacia ellos.

Hemos montado la escena en tonos morados, el color asociado al poder desde la época de los grandes imperios cuando obtener una tela de este color era un trabajo tedioso que ocupaba largas jornadas de trabajo, lo que provocaba que sólo las personas más poderosas pudieran vestirlas.
Las paredes están adornadas con cristales que texturizan y dan brillos evocando a las piedras preciosas en demostración del poderío económico.

Presidiendo la escena destaca la imágen de una gran escalera blanca sobre la que colocamos un trono que desde la altura mirará como inferior a cualquier otro elemento que añadamos.
Flanqueando la escena dos espejos convierten en infinito el ego reflejado en ellos.
En cuanto a la iluminación hemos utilizado una luz amarilla que simboliza el sol y lo divino en la iluminación del trono, y una luz azul, mas terrenal que ilumina la parte baja de la escena.
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